Cuando la
hora es tranquila,
Lo mismo
allá cuando marcha el día,
van
surgiendo pensamientos,
al
contemplar maravillas,
como son
amanecer,
atardeceres
y el manto de raso negro,
donde
estrellas y luna brillan.
Sin palabras
ni escrituras,
que pueda
dar a entender
de esa
inmensa sinfonía,
su precioso
panorama,
¡Quien
pudiere describir
con una gran
elocuencia,
lo que tus
ojos observan,
lo que el
pensamiento indica!.
Ahí se corta
el aliento,
cuando por
la serranía,
desaparece
la luz,
por detrás
de sus colinas.
Dame mi Dios
el talento
de narrar
tus maravillas.
Mª Ángeles López.