viernes, 28 de diciembre de 2012

Noche de San Silvestre


El 31 de diciembre es una de las fechas señaladas no solo por la Navidad, sino de todo el año. Es desde luego, la tradición de todo el mundo.
Al fin y al cabo el deseo de despedir al año que muere y recibir al recién nacido es algo que al parecer siempre ha formado parte de todas las culturas de la tierra, aunque los calendarios entre ellas sean diferentes.
Pero no sé si todo el mundo conoce que en Occidente también se celebra la noche de san Silvestre.
¿Quien fue este personaje?
Fue un papa de la iglesia en el siglo IV. Una época bastante importante dentro de la historia del cristianismo, ya que fue la que vio el fin de la persecución a los cristianos.
Gracias a él, cuenta la historia, se convocó el concilio de Nicea, se dice también que fue él quien bautizó al emperador Constantino, aunque creo que no se tiene constancia de ello, pero sí de que eran grandes amigos.
San Silvestre murió la noche del 31 de diciembre del año 335, y  desde entonces esta noche se convirtió en un homenaje hacia él. Todavía hoy se hacen celebraciones en el norte de España (especialmente en Galicia donde al igual que la noche de san Juan) es considerada, una noche de meigas. Y en países latinoamericanos. En Alemania especialmente, donde la noche vieja es conocida como la noche de San Silvestre. En una de estas noches sucedió algo que marcó un gran recuerdo en mi vida.

-Un recuerdo inolvidable

Desde antes que amaneciera, desde muy temprano, las calles se engalanaban, para celebrar la fiesta de fin de año.
Las luces de la plaza de España con su gran escenario, grandes pantallas para poder ver desde todos los ángulos, los grupos y orquestas que amenizarían la noche tras las doce campanadas desde la torre del cabildo de Tenerife.
Las gradas, el gran árbol de navidad. Botellas y copas de champan, confites y fuegos artificiales
Hay que ponerse guapos y todos engalanados salimos a la calle. La algarabía empieza a fluir. Los jóvenes van haciendo acto de presencia como una oleada humana por la calle del Castillo. Ni la niebla ni el frío de la noche, esconden los sentimientos y las ganas de despedir al año viejo 1986 y recibir el nuevo 1987. Todos nos divertimos. Mi hija mayor hizo su primera salida con sus amistades y nosotros estaríamos en un punto marcado de acuerdo por un punto de encuentro donde nos veríamos de cuando en cuando. Salió a la perfección y lo disfrutamos al máximo, así todos contentos.
Así transcurrió la única y primera noche vieja que mi familia celebraba en la calle desde hacía 15 años. Fue como para que nunca la olvidásemos.

Pero dos días después, la llamada al colegio donde me eduque me hizo reaccionar. Ese mismo día mientras yo disfrutaba la señorita Laura entregó su alma a Dios. A partir de entonces esta fecha para mi, tiene doble sentido. Se convirtió, en un recuerdo inolvidable.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Queridos Reyes Magos



Este año, seguro lo vais a tener difícil. Con el cuento que de la crisis estamos perdidos. Ya no se que pediros. Para mí, que se cumpla esa ilusión secreta que sólo vosotros conocéis.

Para mi familia... ¡ellos ya os han escrito!

Para España os pido, jóvenes de conducta íntegra y voluntad férrea, que estén dispuestos a implicarse en construir una causa común más justa, por una sociedad mejor.

Por la igualdad de derechos, por restaurar esta nación que se nos va de las manos.

En pocas líneas que le dejéis la suficiente cordura, honradez y sensatez para terminar con tanto sufrimiento de los españoles ocasionado por el atroz egoísmo de los de arriba. Los ricos a costa de nuestro sudor, que han logrado que el pobre cada vez lo sea más y los que con el ahorro de su trabajo consiguieron ilusionarse formando un hogar, hoy lloren por la pérdida del mismo.

Dicen las estadísticas que en el mundo 100.000 personas a diario mueren de hambre y 750 millones de niños están mal alimentados. 2.000 millones de personas carecen de electricidad y de los estudios más elementales y que cada día mueren 35.000 niños de hambre y enfermedades curables.
En contra, se gastan en armamentos unas cifras descomunales.

Por favor hagan este 5 de enero un poco feliz a tantos indigentes. Parados, desahuciados de sus viviendas.

Espero no toméis a mal tantos chistes que andan por ahí sobre vosotros, al final todos mayores y pequeños, sabemos que los Reyes magos existen y acudimos a pediros lo que por nosotros mismos no logramos alcanzar.

Por último.
En estos días en que se repite sin cesar el deseo de paz y felicidad. A sabiendas que la paz es fruto de la libertad y la justicia, Os pido ese gran regalo para todos.

María de los Ángeles López





domingo, 9 de diciembre de 2012

El Belén una tradición que se remonta al siglo XIII


En la Nochebuena de el año 1223, San Francisco de Asís, reunió a los vecinos de la villa italiana de Greccio en una ermita para celebrar la misa de medianoche alrededor de un pesebre, con la figura del niño Jesús, que él mismo había hecho con sus manos.


Allí cantaron alabanzas al misterio del nacimiento y cuentan que en el momento más solemne de la misa, aquella figura inmóvil adquirió vida, sonrío y extendió sus brazos hacia el santo.

A partir de ese día, san Francisco siguió incorporando figuras al portal siguiendo la lectura de los evangelios. Y esta historia, del Belén de la Navidad, llegó a España a mediados del siglo XVIII, cuando Carlos III de Borbón se convirtió en rey de España. Primero promovió la tradición de montar el pesebre entre la aristocracia española, pasando luego a convertirse en una práctica popular en toda España y América latina.

Hoy en día, la tradición de poner el Belén se mantiene en todos los países católicos. Se montan las figuras con piezas hechas de madera, plástico, metal, o incluso hielo (en los países nórdicos) donde se construyen enormes esculturas de hielo.

Este año, con motivo de la publicación del libro del papa Benedicto XVI, han surgido muchos comentarios sobre su escrito sobre el Belén. Mi consejo a todos es, que se lean bien el escrito, tanto del belén como el del origen de los Reyes magos y después que mediten bien sus palabras.

De todas formas el recuerdo del nacimiento debe estar en nuestro corazón intentando centrarnos estos días en el gran misterio De fe. Una vez dicho esto con mi mejor deseo, les ofrezco un pequeño modo de como les explico yo a mis niños, como fue esta historia.


LA NOCHE QUE NACIÓ JESÚS
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Una orden de empadronamiento hizo que san José y la Virgen tuvieran que abandonar su casa de Nazaret y viajar a Belén.
Cuando llegaron después de un penoso camino María, subida embarazada casi a punto de dar a luz en una borriquita, y José, que iba andando a su lado cuidándola con mucho cariño, iban buscando posada para abrigarse del frío, pues su hijo iba a nacer, pero todo estaba ocupado, no había un lugar para ellos. Y el momento del nacimiento de Jesús se acercaba.


Como nos cuenta la historia, no había sitio en Belén, más una buena aldeana, sintió compasión de ellos y le ofreció un establo, donde nació, el niño Dios, rey de la tierra y el cielo.
Allí encontraron, un pesebre, unas pajas y algún útil de labranza y la mula que ellos llevaban también estaba cansada, y junto a un buey se arrimó a ver si se calentaba, así quedaron los dos, observando que pasaba,

La sorpresa llegó pronto cuando el establo se llenó de luz, y en una cama de heno, nació Un niño Divino, al que llamaron Jesús. Con dulzura angelical, le ha sonreído a María, mientras la mula y el buey, se acercaron sigilosos por ver lo que sucedía.

Se pusieron a su lado, pues de frío tiritaba, el rey de cielos y tierra. Pero nadie le ayudaba. Con su aliento y amor, dieron contentos el calor que al hijo de Dios le faltaba.

Pensando en este posible hecho san Francisco de Asís que era muy amigo de los animales hizo con sus manos unas figuras representando a estos dos que la tradición cuenta que fueron los primeros que ayudaron a Jesús a su llegada al mundo.