jueves, 21 de febrero de 2013

Hoy te he vuelto a recordar


Anoche antes de entrar en la cama me asomé a la ventana y oigo como una brisa hace sonar las palmeras, veo como danzan las sombras entre los árboles, alzo la mirada y encuentro un cielo de color negro azabache, contemplo la luna brillante rodeada de estrellas.
El sentimiento de soledad se apodera de mi alma, me hace sentir el silencio como si estuviera fuera de la vida. Busco con la mirada esos seres que me faltan, esa rama que se arranco de mi árbol, llevándose sus retoños.

Me vienen al recuerdo aquella casa llena del ruido de las niñas, mis hijas, y me doy cuenta que lo que mi alma siente, es eso, el vacío de la noche, ese momento cuando más se siente la triste soledad del hogar que dejó de serlo con tu partida.
Amanece, abro de nuevo mi ventana, todo parece haber tenido lugar en una pesadilla, pues cantan tan alto los pájaros, que el sol se alegra con sus trinos, yo, sigo sin creerlo. ¿He soñado?
Mas ahora la vida me regala un nuevo día, me arreglo de prisa y cruzo la calle para ver a mis nietos.
Hoy es el carnaval de día y me esperan para que ayude a ponerse los disfraces.
Mis niños están felices y hoy marcharán a la capital a disfrutar un nuevo día junto a sus padres.
Ya casi no recuerdo lo de anoche, pero... si que siento cansancio, un agotamiento extraño.
Sigo sintiendo ese vacío sin ti. Pero ellos no deben saberlo son tan niños que no pueden comprender que su abuela se sienta triste.
Su abuela siempre debe estar dispuesta para sonreír.
Me acompaña Martín a mi casa y allí compartimos unas cuantas fotos, regresa con sus padres y lo veo con su traje de “viejecita”, disfraz que ha elegido y tras envíanos un beso por el aire le deseo que tenga un feliz día, pensando que cómica, e irónica es la vida. <El imitando a una abuela feliz. Si tú supieras cantas cosas se guarda en su mente., mas que no se me note.>.
Un beso muy fuerte ¡Hasta luego mi niño!

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