Durante la primavera y el verano hemos disfrutado del color verde como el mejor representante de la vida. El ha sido el protagonista. En septiembre empieza un festival para la vista, de la lucha de muchas especies para ver cuál luce más atractiva. Son, las reinas del otoño.
Podemos disfrutarlo en los parques y avenidas. También las aves notan la llegada otoñal. Empiezan a regresar a regiones más cálidas.
Nosotros hemos vuelto de las vacaciones y hemos emprendido de nuevo nuestros trabajos. Los chicos van a sus colegios. Y ya se siente por mi calle la algarabía, cuyas voces se mezclan con el aleteo de los pájaros en su retirada. Esta estación nos ofrece igualdad de duración entre la noche y el día, nos deja progresivamente un acortamiento de horas de luz solar, que nos influye mucho en el modo de vivir. Una estación que, para mi, representa la madurez de la vida.
Etapa en la que se produce el cambio de la estación seca, a la que nos trae los primeros aires frescos, vientos y tempestades.
Por consiguiente, el recogimiento del invierno. Me provoca tristeza y melancolía; no sé si es por mi condición o es algo generalizado. De todas formas no dejo de reconocer lo maravilloso de esta estación que, limpia, siembra, abona y prepara todo para que la próxima primavera pueda volver al ciclo más bonito del año, con su precioso colorido, perfumes y un sin fin de variadas especies.
como los leñadores
Cuesta mucho
sacar todas las hojas
de todos los árbolesde todos los países.
La primavera
las cosió volandoy ahora, hay que dejarlas
caer como si fueran pájaros amarillos
No es fácil.
(Una estrofa de 'Loa al otoño', de Neruda).