Casi a ras de los caminos vuelan los pájaros blancos,
entre cruzando vuelos,
haciendo nudos y lazos y...
en la pizarra de un
cielo encapotado,
van dibujando
torrentes de un aluvión que ha arrastrado
que la lluvia no ha
sabido, comportarse con cuidado,
pues tenía tantas
ganas de dar de beber al campo que
en su ilusión
desmedida, nuestra ilusión se ha llevado.
Y los perotes que
sienten, tanto dolor, tanto llanto,
alzan sus voces al
cielo, pidiendo a Dios con desgarro
que vuelva a llover,
que es bueno, pero que llueva despacio
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