Las nubes le cantan al sol, de una forma muy burlona
Pues aunque es primavera, se levantan juguetonas.
No nos queremos marchar, Le cantan al astro Rey,
El sol ha decidido dejarlas... un poco más,
Y ante tanta insistencia las carga de más vapor
para que llueva con fuerza y puedan jugar mejor.´.
Entre tanto, el nazareno, que lleva la procesión
se queda mirando al cielo, sin entender la función.
Y las nubes por respuesta, le mandan un buen
chaparrón.
El nazareno, enfadado, se lo ha reprochado al sol,
Y el astro Rey distraído, sigue oyendo la canción
que están cantando las nubes, con acento muy
burlón!.
El nazareno se crispa, pues la paciencia perdió,
y ya la rabia se escapa, de allí, desde el corazón
por no poder pasear al Cristo de sus amores.
Ni a su virgen Dolorosa, entre vítores y flores.
¡No parece primavera!, ¡Grita el cofrade enfadado!,
¡Volver a casa borregos!, ¡Sol, no les dejes que
lluevan!
Mándalas para otro lado!
Pero las nubes se ríen, como si fueran chiquillas
sedientas de travesuras, y siguiendo con sus risas.
Entre tanta discusión, abajo ya va perdiendo
la paciencia el nazareno y lanzando otro grito al
cielo...
dijo con una voz fuerte, pero con aire sereno:
¡Poneos de acuerdo ahí arriba!. ¡No alborotéis sin
motivo!
¡Sol, tú no le dejes que lluevan!. ¡Ya, no jueguen más
conmigo!
¡Que acabe la diversión!.
Y así se acabó el conflicto y...
salió la procesión en éste pueblo bonito.
acabando esta historia, cediendo a la primavera
toda la luz y el encanto, que le pertenece a ella,
Dándole belleza al campo.
Mª Ángeles López.
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