Empieza el descenso del avión y me apresuro a mirar por la pequeña ventana desde donde me recreo mirando ese paisaje andaluz que me va mostrando sus pueblos de tejados rojos y casas blanqueadas a la antigua usanza. ¡Qué belleza la de este paisaje!
En ese lapsus de tiempo, cruzan mi mente una cantidad de recuerdos... Entre ellos, las caleras donde se cocían esas piedras blancas, traídas del río, de donde se sacaba la cal. Se usaban mucho antiguamente en Andalucía para pintar las casas, no sólo por fuera, sino por dentro.
También se utilizaban para pintar el tronco de los árboles, para que no subieran insectos hasta las ramas, como las hormigas. Las paredes se pintan por fuera con cal viva porque transpiran mejor que con la pintura moderna. Eso dicen los que entienden.
Las caleras son hornos donde se quemaba la caliza para convertirla en cal viva, que era la que valía como mortero para levantar todo tipo de pared; se utilizaba para la tierra como abono y para terminar con todo tipo de enfermedades y epidemias, incluso para curar las heridas del ganado.
Las paredes de borda y caseríos se blanqueaban con lechada, incluso para desinfectar las casas de enfermedades como el tifus. Había la costumbre de mantener los huevos para su mejor conservación en una masa hecha entre cal y agua.
Tengo entendido, que las caleras se extendieron en Euskadi en el siglo XVIII en gran medida con la expansión del maíz. Estas se hacían en cuestas para llegar mejor a las bocas de arriba y de abajo. Por lo general solían tener cuatro metros de profundidad y se iban estrechando hasta llegar a la boca de arriba.
Ese proceso requería el trabajo de varias personas, por eso se reunían tres o cuatro casas, o se hacia entre todos los vecinos. Y cuando todo está preparado se le daba fuego a la calera desde la boca de abajo. Según la cantidad de de cal que se quería conseguir, de vez en cuando había que añadir capa de caliza y de madera.
Solían estar encendidas una o dos semanas, según la cantidad que se quería obtener. Y una vez que la caliza se quemaba y se convertía en cal, empezaba a caer a una red que había debajo de la calera, y se sacaba.
Me viene a la mente la voz del pregonero: ¡A la cal blancaaa! Así, como antes se hacían las cosas, a pleno pulmón.
Y sigo en mi mundo, sin darme cuenta de que son pocos los minutos que me faltan para pisar de nuevo esta bendita tierra.
07-04-2012 11:15:58 Maria Angeles Lopez dice:
ResponderEliminarQuerida amiga, Paquita. ese es mi recuerdo verdadero. la procedencia de la cal en su estado primitivo, es lo que he estado preguntando, una persona me dijo que esas piedras las traían de cerca del río. Pero ahora pienso que tu marido, y mi informador pueden estar en lo cierto, tal vez es que esas canteras pudiesen estar cerca del rió. Muchas gracias. Curiosidad satisfecha. Un abrazo.
05-04-2012 23:41:45 paquita martin mancera dice:
Angeles bellos recuerdos de labores antiguas y muy sacrificadas.Yo recuerdo que la vendian y eran piedras blancas y agrietadas, se ponian en un barreño y se le ponia agua y comenzaba a hervir haciendo burbujas, y a esto le decian apagar la cal.La dejaban unos dias y ya estaba lista para usarla .A mi se me picaban los dedos cuando se blanqueaba y habia que quitar las goteras.Pero dice mi marido que las piedras calizas salian de canteras
28-03-2012 10:57:30 Maria Angeles Lopez dice:
Amiga Isabel. Yo también desearía que alguien entendido me lo explicara. He tenido conocimiento de varias versiones. Pero al final, no me quedó claro. Creo y es mi deseo que si alguien nos lo puede aclarar, que lo haga. Así podremos dar otro paso en el saber sobre este tema. Un abrazo y gracias por tu comentario.
28-03-2012 00:09:19 Maria Angeles Lopez dice:
Amigo Manuel, A través de los comentarios habrás podido darte cuenta de mi empeño. Gracias por leerme y me alegro que te guste, Un abrazo.
28-03-2012 00:05:06 Isabel Mayo Macias dice:
Mi hermana trabajaba en una casa muy importante en el pueblo que tenian huertas de naranjos y todos los años iba y blanqueaba el tronco del naranjo ¿algien puede decirme porque no se sigue blanqueando?si era para impedir que los insestos subieran el tronco y comieran las hojas ,los mismos insectos sigue habiendo¡era efectivo aquello de blanquearlos?
27-03-2012 23:13:47 Manuel Requena dice:
Gracias Mª Angeles por darme a conocer algo que desconocía. Bonito artículo. Enhorabuena.
27-03-2012 16:40:15 Maria Angeles Lopez dice:
ResponderEliminarAmiga Marina, es que mi vida es así, sencilla. ¿por que habia de ser distinta?. Me ha gustado tu comentario que da expansión a mi artículo, al fin de cuentas era lo que yo, queria. Un fuerte abrazo.
27-03-2012 16:36:56 Maria Angeles Lopez dice:
Morquecho, las gracias a ti, por tu aportación. Yo, creo que mi mente está rebobinando esos tiempos y.. los cuento. Me gusta. Como le he dicho a otro comentarista. Algo debió impresionarme. Un afectuoso saludo.
27-03-2012 16:32:14 Maria Angeles Lopez dice:
Amiga Cristina, tu, como yo, siempre deseando saber y compartir. Muchas gracias por tu fidelidad en el seguimiento a ymalaga y a mi, en particular. UN FUERTE ABRAZO
27-03-2012 16:29:42 Maria Angeles Lopez dice:
Sabía que añadirías conocimientos a mi escrito. Muchas gracias Totero. Hay veces que me pregunto el por que de este empeño mio de saber de las caleras. Creo que me debió de impactar de pequeña. Un abrazo
27-03-2012 13:31:26 MARINA dice:
Con qué naturalidad y sencillez escribes tus artículos, ahora que llega la Semana Santa, en los pueblos se aprovecha la recién entrada de la primavera para pintar o blanquear las fachadas de las casas, ahora bien es verdad que no se suele usar la cal, ya quedó como algo obsoleto. Me viene a la memoria bonitos recuerdos, recuerdos de mi abuela, ella en su casa en uno de los corrales siempre había un bidón lleno de cal y tapado con una madera, cuando era pequeña siempre nos decía que no nos podíamos acercar a ése bidón. Era cal viva, ella con un cacillo viejo y desconchado sacaba la cal de aquel bidón y luego la mezclaba con agua y la cal hervía, se ponía con su escobilla de blanquear y su pañuelo en la cabeza y dejaba la casa blanca como la cal.
27-03-2012 00:03:00 Morquecho dice:
Es un "Oficio Perdido", como decia mi amigo Miralles en la serie de documentales "Los ultimos artesanos", al menos tengo localizadas ya no las caleras, mas bien los restos de estas cuatro en el lugá, de vez en cuando las repaso y apenas queda ya nada con la erosion del tiempo y el olvido, de todas formas yo me aferro a un recuerdo. Gracias por transportarnos en el tiempo, con tus relatos, felicidades.
26-03-2012 23:28:03 Cristina dice:
Gracias Ángeles, porque al compartir estos recuerdos, hoy yo he aprendido algo nuevo de estos oficios de antaño, y este concretamente desconocido para mí. Un saludo.
26-03-2012 21:59:34 Totero dice:
La calera se hacía mediante un pozo en la tierra con una boca de carga, y la bóveda interior recubierta por piedras calizas, colocadas una sobre otras de manera ordenada. Luego se cubría y prendía fuego, debiendo estar ardiendo sin interrupción 48 horas, con leña fina a modo de combustible. Uno ha hecho casi de todo en la vida, y en mi adolescencia ayudé a mi padre al menos en dos ocasiones, pues no solo servía para encalar sino como material de construcción. Era un trabajo agotador Ángeles. Un abrazo
26-03-2012 12:08:46 Maria Angeles Lopez dice:
Así es, amigo José. Pero me vino a la memoria este recuerdo. Y he querido comentarlo con la idea de que, alguien pueda añadir algo más. Es algo así como los oficios, del herrero, las fraguas, los esquiladodes, el latero y otros tantos. Son cosas obsoletas pero que se pueden recordar como simple curiosidad. Un abrazo.
26-03-2012 00:11:13 Jose dice:
Hoy, esa figura del calero -como la de otras profesiones- no dejan de ser recuerdos de un pasado ya muy remoto.