domingo, 15 de abril de 2012

El paso del AVE, una imagen... diferente

12-02-2011 12:12

Desde la casa de mis buenos amigos, en Flores. Rústica por completo. Centenaria. Que va siendo restaurada por cada uno de sus herederos, para que no se derrumbe. Construida con piedras. Pintada con cal virgen. Conserva esa blancura azulada de todas las casas andaluzas. Una gran parra proyecta sombra en el porche que la precede. Una mesa y sillas de neas invitan a sentarse en las tardes del estío aloreño. Patio lleno de plantas.
Mientras compartimos, alterno conversación con contemplación. ¡Que maravilla de campos! Esta vivienda rural tiene dos plantas. El comedor, cocina con chimenea o humero, como aún lo llaman ellos. Está amueblada por arcones de madera, recuerdos familiares, cantareras, En la cocina, con sus cántaros de barro a la antigua usanza y algunos cuadros con fotos de abuelos y mas familia en el saloncito. En fin, un lugar para recordar.

Ahí están mis amigos que, a pesar de vivir en Málaga, pasan más tiempo aquí que en la capital.

En la parte alta están los dormitorios, desde cuyas ventanas puedo contemplar un paisaje increíble. Un monte lleno de limoneros y algún que otro almendro y jazmines que perfuman toda la estancia. Desde el porche, mirando hacia el valle a través de la finca, se divisa un paisaje maravilloso. De allí, afloran mis recuerdos.

Me paso mucho tiempo contemplando. Se respira paz. Conserva el mismo paisaje de mi infancia, con una sola diferencia. Hoy el valle está cruzado por un puente sobre el que hace su recorrido hacia Málaga el AVE, esa máquina moderna a la que le han puesto el mismo nombre genérico de esas otras aves que habitan en los campos.

Ofrece una imagen que no sé catalogar. No es fea, pero... desentona. Tendré que acostumbrarme.

Se capta al observarlo, ese aviso de modernidad que, por otra parte, ha venido muy bien a la provincia malagueña. La une con Madrid en un tiempo récord, siendo un gran beneficio para todos.

El AVE, esa máquina sucesora de nuestros mercancías y correos que han ido evolucionando hasta llegar a hacer recorridos de vértigo para que lleguemos rápido donde queramos ir.

Cuando yo era pequeña, recuerdo que al pasar los trenes por los Llanos, los campesinos se regían por su horario para dar de mano. El de la una, para el almuerzo... El 'mixto' creo que pasaba a las ocho de la noche. Hora de dormir. Y así, sucesivamente. No sé si estoy acertada, Pero de lo que sí estoy segura es de que si ahora no hubiese reloj, estaríamos estresados, pues cuando nos diésemos cuenta de la hora, ya habría pasado el tren como un rayo.

Ahora los madrileños -como dicen- ya tienen playa. Me causó asombro. Pero es una realidad. El ave con el corredor de la Costa del Sol es un gran regalo que les hace el progreso a todos ellos.

1 comentario:

  1. 12-02-2011 23:15:50 Maria angeles Lopez dice:
    José, yo veía los trenes desde lo alto del convento. Pero tú lo tenias al ladito de la casa. Si es verdad que formaba parte de tu entorno. Y si tus nietos viven alli sentirán una emoción más rápida y a su véz más silenciosa. Pero.. ilusión que de mayores narrarán con otro estilo pero de corazón como hoy lo hacemos nosotros, los niños de ayer. Mi saludo y gracias.

    12-02-2011 23:08:57 M. Angeles.lopez dice:
    Amigo José Mª. Puedo comprender que la comodidad de lo moderno te ha podido atrapar (a nadie le amarga un dulce), más la historía de esa etapa de vida cuando los mercancías hacian su paso por nuestro pueblo con su peculiar silbido, cha, ca, chá y su chimenea de humo no te hacen recordar esa ilusión que nos producía.Gracias por tu comentario . Un afectuoso saludo.

    12-02-2011 22:59:44 Maria angeles Lopez dice:
    José Luis.Contenta de que te guste esta descripción. Son recuerdos que por lo que veo, tú también los tienes. Las casas andaluzas eran muy similares más que nada en los pueblos. Un abrazo y gracias por tu comentario.

    12-02-2011 22:03:42 Jose dice:
    Y, cuando bajaba el primer correo: la merienda. Los que nos hemos criado con la vía del tren como vecina, la asumimos como un paisaje integrado a nuestras vidas. A nuestros nietos les ocurrirá igual con la vía del AVE.

    12-02-2011 20:14:29 Totero dice:
    No echo de menos los trenes de carbón.. Los añoro por su olor, por su penacho de humo al viento, por lo que tenían de humanidad compartiendo talega, pan, queso y vino durante el viaje, pero reconozco que me he rendido a la comodidad del AVE. No echo de menos los trenes de carbón...Deben ser los años...Un abrazo

    12-02-2011 12:55:52 Jose Luis Delgado dice:
    ¡Que hermosa pintura de nuestro ayer y hoy nos ofreces en tu artículo!. La descripción de la casa de tus amigos me trajo añoranzas de mi niñez por su similitud con la que mi familia tenía en Nerja, además, y como das a entender, el progreso es comodidad y no es incompatible con lo tradicional. Enhora buena. Gracias por tu entrega y un abrazo desde Argentina.

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