http://youtu.be/dAiSlLVDIGA
Doña Laura Aguirre Hilla, que es recordada con todo amor en Álora como 'la señorita Laura', desde Ronda llegó al pueblo como misionera rural. Durante un tiempo trabajó en los campos. A su paso por Álora, donde empezó a ver tanta pobreza y tantas calamidades, sintió que era el lugar donde tenía que desempeñar su labor. Y empezó fundando un orfanato, con un grupo de tres niñas. Esto fue el día 3 de diciembre de 1950.
Lo que movió a Laura a quedarse en este pueblo, de donde ya no se marchó nunca hasta que Dios dispuso de su vida, fue su encuentro con una niña que recogía colillas por las calles.
Según nos comentaba al recordar ese episodio decisivo para su determinación: "Me encontré a una niña rubia, con largas trenzas, ojos azules y vestida muy pobremente, con un bote en las manos donde iba guardando las colillas que recogía del suelo".
Seguro que mantuvieron un diálogo parecido a este:
-¿Qué haces? -preguntó Laura a la niña-.
-Quiero recoger muchas colillas. ¡Mira, mira cuántas tengo!
-¿Y eso para qué sirve?
-Mi madre hace cigarrillos y los vende y con eso ganamos 'pa comé'.
Laura confesaba que le dio mucha pena. Pero siguió preguntándole:
-¿Cómo te llamas?.
-Dolores. Contestó la niña.
-¿Dónde vives?
-Y ¿'pa' qué lo quiere 'zabé'?
-A ver. ¿Te gustaría hacer un trabajo más bonito?
Ella, muy entusiasmada, le dijo: "¡Sí!".
-¿Tú te quieres venir conmigo y con otras niñas? Allí aprenderás muchas cosas y estarás muy bien. Así tu madre podrá trabajar mejor.
-¡Vale! le dijo saltando de contenta.
Laura después de preguntarle dónde vivían, la tomó de la mano y se dirigió a hablar con la madre.
Medió una conversación entre ambas. Y como eran tiempos de tanta miseria y calamidades, la pobre madre vio los cielos abiertos por esa ayuda que Laura le ofrecía.
Esa noche la pasó como pudo y, enseguida, personas buenas del pueblo que ya la conocían desde su llegada, le dieron, supongo, utensilios y comida.
Pero ella sabia a lo que se enfrentaba. Puso su idea al servicio de la parroquia y de personas de Acción Católica y los demás fieles empezaron a ayudarla. Pero eso no era suficiente.
Laura había estudiado Bellas Artes. Fue alumna de Romero de Torres. Sabía pintar muy bien. Ideó pintar un abanico y hacer una rifa con él. Con lo que se recaudó, pudo comprar un par de catres y algo de ropa. En fin, que con eso empezó su obra Ya estaba la semilla plantada y ese árbol crecería durante muchos años.
A partir de ahí lo dejó todo en manos de la divina providencia. A 'su casa' la llamó Providencia Parroquial de Nuestra Señora de Flores.
Estos fueron los principios de una obra que todavía perdura, aunque ahora no son niñas las acogidas, sino personas mayores.
Yo veo en esta mujer un aura de santidad muy grande. Al menos Dios se valió de su persona para darnos un gran ejemplo, de virtudes y entrega total a los demás por amor divino.
16-11-2010 18:59:24 Maria Antunez dice:
ResponderEliminarMe llamo María Antúnez y estuve con la Señorita Laura dos años. Ella me enseñó muchas cosas buenas, me enseñó quién era Dios. Pero no me di cuenta de lo que había aprendido hasta después de salir del colegio. Después de salir del colegio iba a visitarla y ella me aconsejaba y sembró muchas cosas buenas en mí.
14-11-2010 22:48:12 Isabel Aranda dice:
Es bueno saber que la gente sigue recordando a personas tan entrañables y entregadas como las que tuvimos las niñas que vivimos con ellas en esa época. Me ha emociondo mucho ver este video de la señorita Socorro donde explica las vivencias y los recuerdos ocurridos en aquellos años. Yo la recordaré junto a la señorita Laura como dos personas únicas y queridas por mí. También doy las gracias a Maria Ángeles López por conseguir lo que prácticamente nunca pensé recuperar: imágenes de mi infancia. Besos.
13-11-2010 19:39:04 Jose Luis Delgado Rosa dice:
María de los Angeles. La felicito de corazón por el humanismo y ternura que encierran recuerdos como el presente, y por la sencillez de como los expresa. Síganos deleitando con estas bellas historias. Un abrazo.
11-11-2010 22:31:57 concepcion menjibar dice:
La señorita Laura tenia que ser una mujer muy buena y tener mucha vocación para dedicar su vida a dar tanto cariño a niñas que lo nesecitaban tanto. Me alegro de que mi tía se la econtrara en su camino y tuviera una niñez un poco mejor que otras niñas para los tiempos que corrían.
11-11-2010 18:45:36 marisa dice:
Durante los primeros años de mi vida escolar, asistí a casa de la Srta. Laura, en la Plaza Baja y en la calle de Atrás, donde además de las internas acogidas bajo su tutela, otras niñas del pueblo acudíamos a dar nuestros primeros pasos escolares; era una especie de guardería o preescolar donde trazábamos nuestros primeros palotes, dibujábamos, jugábamos y nos prepárabamos para la 1ª Comunión. Siempre recordaré con cariño a la Srta. Laura por su infinita bondad, por su desinteresada entrega y por la gran labor que hizo con "sus niñas", de las que tan orgullosa estaba.
10-11-2010 13:44:08 mary dice:
Recuerdo un colegio. Muchas niñas, una mujer buena a la que le llamábamos la Señotita Laura,que iba pidiendo por las casas para mantener a sus niñas... Mi marido tiene muchos recuerdos de ella por vivir justo frente a ese colegio. Él me dice que de alli no salia... Era el niño de Laura por llamarlo de alguna forma.
10-11-2010 08:03:14 Totero dice:
Precioso recuerdo de Laura que la gente joven quizás no puede entender en plenitud, porque -sin vivirlo- es dificil hacerse una idea de la extrema miseria de aquellos años.
09-11-2010 23:28:47 Jose dice:
Laura pasó haciendo tanto bien que ya en vida mucha gente la consideró santa (la santidad no se encierra en los templos, a diferencia de los que algunos creen) y en el busto que se levantó junto a la residencia de la carretera de Los Llanos jamás faltan flores frescas que pone el pueblo.