Desde mi ventana, a través de los cristales, veo la luna posada en un árbol de los muchos que había en el olivar, junto al convento. Me mira insolente, burlona entre las ramas de los olivos, yo diría que por encima del hombro. Me provoca enfado y le lanzo un zapato a la cara, esa 'carota' redonda; esa cara iluminada y burlona que se me hacía insoportable.
¡De pronto, se oyó un estruendo de cristales rotos! Me pareció sentir que la noche se detuvo y que el viento enmudeció. De las ramas de los árboles cayeron gotas, como lágrimas de niños asustados. Los búhos y las ranas dejaron de emitir sus sonidos nocturnos y se quedaron sin habla. Quería salir corriendo, pero no me podía mover. ¿Por qué? ¿Qué era lo que me pasaba? Sentía sudores fríos y de mis sueños saltaron las alarmas.
Me incorporé como pude. Al poner un pie en el suelo, noté que había trozos de cristales. Es posible que le diera algún golpe a la ventana mientras dormía y el cristal saltara en pedazos.
Miré hacia fuera, buscando el motivo de mi sueño y su luz me dio de nuevo en la cara. Me sentí cegada. ¡Era ella! La de la pesadilla, pero en ese momento no se burlaba. Era preciosa y su semblante permanecía sereno.
Mis compañeras dormían. Para mí, era imposible volver a cerrar los ojos. Bajé de puntillas y, sin hacer ruido, caminé hacia el pasillo que conducía a la entrada. Me encontré sola ante la reja que me separaba del olivar, y allí me quedé.
Sentí una mano en mi hombro, y unas dulces palabras: "¡No tengas miedo! Vamos, que te acompaño a tu cama". (Ella sintió que me levantaba y me siguió hasta que me detuve en la reja).
Y pueden creerme, esa mano, esas palabras, eran de la señorita Laura.
Tal vez el miedo que sentía en aquel lugar (convento de Flores, en ruinas) era el causante de estas pesadillas. Pero... Yo era así. Los días los pasaba muy felices, pero la noche, acompañada de ruidos de animales, de reflejos en mi ventana, de aleteos extraños, me aterrorizaba. Tanto, que aún estando prohibido, alguna vez amanecí dormida en la cama junto a la señorita Laura.
12-02-2012 23:13:51 M. Angeles.lopez dice:
ResponderEliminarQuerida amiga Marisa,, te agradezco tu seguimiento en todo lo que escribo. Me sabes comprender, puede que me haga un poco pesada con mis relatos. Pero es que mi infancia tuvo ese entronque y sin querer, queriendo, ahí va todo. Ella es la figura central en mi vida durante muchos años. Hay otros árticulos donde cuento experiencias de otra parte de mi vida. Un poquito de todo. Gracias "mi niña"... Un abrazo.
12-02-2012 20:25:48 Marisa dice:
Querida Ángeles a mí también me gusta mucho como relatas tus vivencias,y eso que ésta es de una pesadilla.Imagino que el convento estaba en medio del campo donde los ruidos por la noche parecen que tuvieran eco,impresionan y más a una niña pequeña...Y qué buena la señorita Laura,estando ahí para acompañarte y saltándose alguna regla para que durmieras tranquila junto a ella.Claro que ella sembró en buena tierra,porque tú eres una persona estupenda y tan agradecida que la sigues teniendo presente a diario. Un abrazo!
12-02-2012 18:50:24 M. Angeles.lopez dice:
Esta y otras fobias abundaban en ese lugar. Hoy retrocediendo en el tiempo , lo veo como un castillo encanto donde en cualquier momento te podías llevar una sorpresa. Así son los crios, y cuando se duermen hacen su aparición los fantasmas de la noche. Laura dormía muy pocas horas. era nuestra guardiana, junto a sus compañeras. Lo demás, tu lo has dicho. Un abrazo amigo Totero.
12-02-2012 18:40:50 Maria angeles Lopez dice:
Gracias Cristina. He querido contar esto, casi por que he querido demostrar lo malo que es en un niño , el terror nocturno. Yo sufrí tanto miedo...pero ahí la teníamos a ella, y así lo fuí venciendo. Un abrazo.
12-02-2012 18:00:48 Totero dice:
Laura fue para ti - en realidad para muchas - una madre, una hermana, una amiga...todo. Por eso tus recuerdos de infancia, en realidad los mejores de la vida, están siempre vinculados a ella. Muy bonita historia Ángeles.
12-02-2012 15:33:26 cristina dice:
¡Que bien relatas tus vivencias! Me ha encantado, haces llegar tan bien esas sensaciones. Yo que a través de ti he ido conociendo a la señorita Laura, aquí, una vez más veo como esta buena mujer era capaz de ver y de sentir las necesidades interiores de las niñas y estar al pie para tender una mano y decir “no tengas miedo”. Con todo y dentro de lo malo de la época y sus sufrimientos, que afortunada fuieste por tenerla. Un abrazo.
17-02-2012 22:31:42 Maria angeles lopez gutierrez dice:
ResponderEliminarPaqui, Eso quizas mejor no recordarlo. En esa ocasión , la reprimenda ´me la llevé por haberme olvidado de las gafas". Me quedé sin ver el comenta y encima,ya ves lo que sucedió, je je je. ¡ Cosas de la vida!. Un abrazo de nuevo por tu simpatía.
16-02-2012 22:36:23 paquita martin mancera dice:
Mi querida Angeles:tus pesadillas,en el fondo,eran la realidad de aquella morada tan grande y llena de grietas por todos lados ,que cuando soplaba el viento esuchabamos sus silvidos y sentiamos miedo.Recuerdo ese pasaje y el de los dos bultos que habia por fuera de la cancela que con la poca luz del amanecer no se distinguia lo que era,tambien os llevasteis un buen susto.Mas de una desperto al otro lado del coro ,al pie del campanario (era sonambula).A ver si escribes lo del cometa que fue muy divertido y que a ti te toco perder.Un abrazo y sigue recordando nuestra infancia.
15-02-2012 18:52:55 Maria angeles Lopez dice:
Querida Isabel Aranda.Con tu comentario, ratificas lo que escribo. Alguien quizás, pueda creer que es algo inventado. ¿Verdad que no?. Efectivamente, tube suerte. Entonces no me daba cuanta, pero hoy, con el paso de los años es cuando más claras se ven las cosas. Un fuerte abrazo, esperando verte pronto, mi compañera.
15-02-2012 00:25:11 Isabel Aranda dice:
Querida María Ángeles: ¡Cómo me gustaría saber expresar lo que viví igual que lo haces tú! Porque tus vivencias son las mismas que la vida me puso en el camino para vivirlas junto a ti y mis compañeras de aquellos maravillosos años, guiados por una Santa. Con cada párrafo de tu escrito me identifico y me parece ver aquel pasillo largo con nuestras camas pobres pero limpias donde al final había aquella puerta grande de hierro que nos separaba del olivar y los ruidos nocturnos de los que haces mención en tus sueños. Creo que tubiste suerte porque a mí me gustaría verla alguna noche en mis sueños y que también me dijera "¡no tengas miedo!". Sigue escribiendo querida mía, me siento muy cerca de ti y espero verte algún día...Besos para todas y uno grande para ti María Ángeles. Tu compañera Isabel.
14-02-2012 22:51:41 Maria angeles Lopez dice:
La historia, como otras tantas que podríamos contar de ese lugar, en aquellos años, a mí me daban mucho miedo. Pero este tema estaría bien, para ser desarrollado por un buen escritor. Yo solo escribo pequeños sucesos, que cada niña lo vivió a su forma. Gracias, amigo Manuel.
14-02-2012 20:35:47 Manuel Requena dice:
Bonita historia Mª Angeles y un poco terrorífica, ¿no? Recibe un abrazo.
14-02-2012 19:50:26 maria angeles lopez dice:
Gracias Marisa. Por tu amabilidad. Un abrazo.
13-02-2012 23:30:40 Marisa dice:
Hola Ángeles,pues iré leyendo artículos que hayas escrito anteriormente,para disfrutar leyendo otras experiencias tuyas,porque de corazón me gusta mucho como la cuentas.Ahhh y no digas ni de broma que puedas llegar a ser un poco pesada,eso nuncaaa!!Un besazo y gracias infinitas por tu amistad,que si no escribieras no disfrutaría de ella.