domingo, 15 de abril de 2012

Volver al pueblo

06-12-2010 13:05

En estas fechas, muchos perotes vuelven al pueblo a pasarlo junto a su familia. Me viene a la memoria mi estancia, mi juventud en Álora. La ilusión cuando empezaban las vacaciones y mis amigas llegaban. Las calles se llenaban de alegría, de modernidad. Era un gran aliciente.

En mi caso, cuando después de tantos años, viajo a 'mi pueblo', donde pasé media vida, es como una vuelta al pasado. Al lugar donde se amontonan las nostalgias, los recuerdos y esos rostros que no se olvidan. Camino por él y voy identificando, cada rincón, cada calle, incluso cada fuente; sus plazas, sus iglesias... Todo sigue igual en el pueblo, al menos en su casco urbano, con la diferencia de que ahora sus calles son asfaltadas. Antaño eran empedradas. A esas piedras las llamábamos 'cascajos'. Al caminar debías tener mucha maestría pues resbalaban, y podías llegar al final de la calle mas rápido de lo deseado. Las plazas también han sido renovadas.

Sí es verdad que se ha modernizado en muchos aspectos; como ejemplos, han hecho un museo, varias estatuas conmemorativas, un teatro muy moderno -el Cervantes- que está dando mucha vida al pueblo. Las cofradías de la Semana Santa hoy son verdaderas instituciones.

Siento la falta de muchas personas que ya nos dejaron. Hoy son sus hijos los herederos de esos negocios, casas y costumbres.

Pero 'mi pueblo' sigue conservando el mismo paisaje que lo rodea, las mismas lomas y montañas, la misma luz, el mismo aire que baja de la sierra oliendo a romero, a retama, tomillo; que te deja en el rostro ese frescor tan puro, tan típico de esa sierra de Antequera y de la vega del Guadalhorce.

Los que viven en él, puede que no lo noten por eso de la costumbre. Yo, desde que paso de la estación ya lo distingo. Respiro... respiro y lleno los pulmones. Es como cuando entras a tu casa. ¿Verdad que sientes un distintivo? ¿Algo especial?

De sus calles surgen nombres con historia, de cada cual conservo recuerdos de hechos vividos. Allí me encuentro con los supervivientes del paso de los años, compañeros/as de infancia que me abrazan como si se tratase de una reliquia del pasado.

Saliendo del Callejón es verdad que ha empezado lo moderno. Pero aún no puedo evitar que la vista se dirija buscando esa era que estaba justo encima de la histórica y veterana fuente de la Manía, de donde se oía la voz de un hombre cantando sentado sobre el trillo que, tirado de dos mulos, en esos días de verano bajo un fuerte sol, hacía su faena de aventar el trigo. No sé el por qué, pero me quedó muy grabada.

Como el futuro es incierto y una piensa que se halla al final de la 'avenida'. Y como no sé si el año que viene podré volver, cada vez que lo visito me reconforta.

Es como un pulso a la fuente, a esa tierra amable, a su río, a su vega, a sus gentes. Tomo ese aire en mis pulmones y quisiera guardarlo para siempre. Y así cada año.

Vuelvo al aeropuerto tomando el avión de regreso. Cruzo otra vez la ruta hacia Canarias con un nudo en la garganta, pero a sabiendas de que esta es la otra parte de mi historia y de que aquí está mi nueva familia, mi verdadera y auténtica familia, que, en realidad, es mi mayor tesoro.

Quizás, esta sea mi última etapa. Mas no, no me siento triste solo así... como diría mi amigo Pepe Morales, sólo "con un poco de nostalgia".

Pero ese pueblo siempre lo tendré en el corazón.

1 comentario:

  1. 07-12-2010 14:49:50 jose Luis Delgado dice:
    ¿Por qué me robas la nostalgia? Mari Angeles, esto que que te digo, por supuesto que es una manera mía de expresarte lo idéntico que sufre mi corazón por mi desarraigo de 50 años viviendo fuera de la patria, y además como calcado, lo de la familia. Por lo menos tú, viviendo en Canarias, estás más cerca de tu Alora que yo de mi Málaga.¡Ah, me olvidaba!: ese almirez del cuadro de Leonardo Fernández, lo tengo "igualito" tallado en bronce macizo, que junto al "cenachero malagueño", también en bronce y otros recuerdos más, atesoro en mi casa, gracias a mi madre que los trajo como recuerdos de familia de muchos años atrás; cada tanto, y con sólo mirarlos, se me hace más llevadera la nostalgia.

    06-12-2010 23:01:02 Jose dice:
    Amiga Ángeles, tu nostalgia no es más que un reconocimiento a lo que vamos dejando de nosotros mismos por donde quiera que pasamos.

    06-12-2010 17:10:47 Totero dice:
    Querida María Ángeles: En la vida siempre estamos en la última etapa, o en la primera, eso dependerá de ti, porque la percepción del tiempo -de nuestro tiempo- siempre es subjetiva. Disfruta de tu pueblo como lo hiciste ayer. Un abrazo.

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