domingo, 22 de abril de 2012

Los cipreses

23-10-2011 21:49

Hay horas de vigilia, cuando el insomnio te va haciendo recordar las cosas más esquivas que guardas en la mente, en las que afloran los pensamientos, que pasean y acercan los  años de tu infancia y juventud. Visualizas momentos, situaciones y vivencias familiares, los buenos tiempos y los que no lo fueron. Todos aquellos seres queridos que te amaron, te educaron enseñándote cómo debías comportarte en el camino de la vida.

Te das cuenta de que casi todos se han ido marchando de tu lado a ese lugar frío del silencio absoluto, a esa estación terminal del ser humano llamada cementerio (campo santo para los creyentes en otra vida mejor junto a nuestro Padre Dios), donde  nuestros cuerpos quedan depositados y al que acudimos frecuentemente para recordarlos.

Me voy dando cuenta de que, cuando se empieza a chapotear en los charcos del otoño de la vida, se va perdiendo el equilibrio, y vas siendo presa del tiempo, ese 'ser' insobornable. Ahí está ella. ¡Qué inseparable compañera es la muerte! y qué traicionera. No avisa. Acecha, ataca y destruye sin compasión; se nos lleva la vida en el momento que menos esperamos. No respeta edades ni rangos. Como decía el poeta: "Allegados son iguales los que viven de sus manos que los ricos".

Muchas veces, al entrar a un cementerio rodeados de cipreses me he preguntado el porqué se habrá elegido ese árbol y no a otro para adornar este lugar y quiénes fueron los primeros. He buscado y encuentro que en la antigüedad éste árbol, severo y afilado, es originario de Chipre, donde fue consagrado a Plutón, dios de los umbrales del infierno, y lo plantaron como símbolo del dolor.

Más tarde, los primeros cristianos, al ver adornadas las tumbas de sus mártires con ellos, lo adoptaron también, pero con un sentido de esperanza.

Próximo el día de los difuntos, antes de poner flores en la tumba de mis seres queridos quiero decirles que en mi corazón se reavivan las ausencias de sus cálidos latidos, que a éstos no los marchita el tiempo.

Recordad vuestras vidas como una lección aprendida velando con cariño a los que quedaron al borde del camino; despedíos de vuestros seres queridos. Otra vida os espera mas allá de estas laderas; cruzad la frontera y seguid vuestro destino.

1 comentario:

  1. 31-10-2011 09:01:01 M. Angeles.lopez dice:
    Gracias amiga Cris por dedicar parte de tu tiempo en leerme y comentar mi escrtito. No es la partte mas alegre de la vida, ya que el miedo a lo desconocjdo muchas veces nos impide hacer comentarios de este tipo, mas..la fecha lo requiere y lo hé creído apropiado. Un abrazo.

    31-10-2011 00:40:15 Cristina dice:
    Muy profundo Ángeles y con bellas palabras a pesar del tema. Todos debemos tener en cuenta, que cuando Dios nos regala la vida nosotros a Él le debemos una muerte. Pero como creyente que soy, igual que tu, reconforta saber que iremos a un lugar mejor, y que allí nos estarán esperando nuestros seres más queridos. En cuanto a los cipreces, no se que decirte, siempre me han intimidado un poco, no se si por su altivez y elegancia triste. Un abrazo.

    25-10-2011 10:15:54 Maria angeles Lopez dice:
    Estimado amigo Requena. Yo, a la muerte la trato como es. Fea. fea, muy fea. Pero como un hecho natural. Como creyente pienso que es el tunel antes de llegar a la estación final donde nos encontraremos todos en un lugar muchisimo mejor. Si es un adorno el escribir sobre ella como solemos hacerlo de un modo poético aunque triste, pues mire usted; también adornamos nuestros rostros para disimular el paso del tiempo. ¿No cree que vale la pena?. Al menos será mas llevadara la carga ya que no tiene vuelta de hoja. Un afectuoso saludo. Y gracias por su opinión.

    24-10-2011 21:07:19 Manuel Requena dice:
    Vida y muerte. No hay más. No esperemos compasión ni de una ni de otra. Ambas son conceptos en nuestra mente de animal racional. Escribir sobre una u otra es adornar, tal vez quererlas cambiar de aspecto lavándoles la cara. Profundo tu artículo, Mª Angeles. Un Abrazo.

    24-10-2011 11:37:41 Maria angeles Lopez dice:
    Si, amigo Jonay esta poesía es la que todos podríamos leer en estos días. Ahí es donde se han hecho reflexiones muy concluyentes. Los rios que van a dar a la mar "que es el vivir"... Gracias por leerme en todo momento, Aunque éste suene a lamento. Un abrazo.

    23-10-2011 23:50:52 Jonay dice:
    "Nuestras vidas son los ríos..." escribió Jorge Manrique; eso en poesía es de los más sublime que se ha escrito... la realidad es más cruda y palpable.

    23-10-2011 22:45:02 Maria angeles Lopez dice:
    Es cierto amigo Totero. Un poquito de pensar en esto, tal vez nos haria ser menos orgullosos y vivir la vida de otra manera. Es una conversación que reuimos muchas veces, pero es conveniente pensar en ella como terapia. Un abrazo.

    23-10-2011 22:25:28 Totero dice:
    Pensar en la muerte como inevitable e igualadora, seguramente nos haría un poco mejor a todos. El mal es que actuamos como si fuesemos inmortales...Un abrazo

    ResponderEliminar

Muchas gracias por leer mi Blog!. Deja tu opinión aquí.