domingo, 15 de abril de 2012

Mis amigos los mirlos

26-02-2011 21:12

Muchas aves se han adaptado a vivir en el medio urbano aprovechando la protección que les ofrecen los edificios, incluso llegando a establecerse en las ciudades permanentemente. El verano pasado, en Málaga, vi verdaderas bandadas de golondrinas, e incluso habían nidos en el muro de la ventana donde yo dormía.

Esta mañana he salido a mi patio, que linda con una gran finca, un proyecto de parque natural del ayuntamiento. Es un palmeral precioso. Aquí, en Tacoronte, en estos años que llevo viviendo por la zona, no sé si he sido yo la que me he adaptado a los pájaros o ellos los que se han hecho mis amigos. Me llamó mucho la atención lo que me sucedió.

Era como si un ser que me conocía me visitara diariamente y a todas horas. Se trataba de una familia de mirlos. El macho, negro de pico amarillo y aro de color también amarillo alrededor de los ojos; la hembra es parda por arriba con tinte marrón oscuro por el pecho.

Cuando me sentaba a pintar junto a la ventana, el mirlo se ponía en ella y no se marchaba hasta que yo no me retiraba. Cuando me encontraba en la cocina, se posaba en el muro más cercano. Así una y otra vez. Pensé en varias cosas porque yo desconocía totalmente el comportamiento de estos pájaros. Un poco sensiblera, supersticiosa, me dije: ¿Será un espiritu? Sí, sí; no lo tomen a risa. Son cosas de la ignorancia y la sugestión. Nuestra relación se estrechó cuando empecé a llamarlo Andrés. Los niños se reían cuando al decir el nombre se acercaba como si me entendiese.

Pregunté a una amiga que es del lugar y tiene mucho conocimiento sobre el ambiente. Sincerándome con ella, le dije: ¡Mira lo que me pasa! Ella se echó a reír ante mi desconcierto, y me contó la historia de estos seres entrañables.

Son muy independientes, no toleran a otros mirlos junto a su nido; los hacen siendo las hembras las que encuban. Tienen mucha amistad con las persona. Me contó varios casos que conocía. Según ella, pueden llegar a comer en tus manos.

Yo por mi parte los he venido estudiando todos estos años y observo que hacen su aparición poco a poco; sus cantos se oyen gradualmente y ya que viene la primavera están dejándose ver y oír sus cantos con mas fuerza. Y aquí los tengo de nuevo.

El año pasado, uno de mis vecinos vio un nido en su ventana y no se le ocurrió más que meter las crías en una jaula para que no fuesen víctimas de un gato que merodeaba por allí. ¡Si vieran a los padres el desespero que tenían colgados de los barrotes de la jaula! No les puedo contar en qué quedó la historia, pero sí me vino a la memoria esa frase que dice: "El ruiseñor se niega a anidar en la jaula para que la esclavitud no sea el destino de sus crías". Siendo, en este caso, aplicable a mis amigos los mirlos.

1 comentario:

  1. 03-03-2011 16:16:56 Jose dice:
    Amiga Ángeles: no le des vueltas, los pájaros siempre son amigos de las almas sensibles. Acuérdate de San Antonio y la leyenda ¿o es que fue verdad?

    27-02-2011 15:36:45 M. Angeles.lopez dice:
    La comida de estos mirlos está en en cualquier sitio que ellos se acercan. Mi casa es totalmente rural en cuanto a situación. Quizás me he expresado mal. Tanto los ´pajaros como mi casa están rodeados de campo. Entre tres fincas muy grandes. Sólo nos une a la población una carretera.El mirlo "Andrés no ha perdido su dignidad de pájaro, el y la señora "Mirla" viven como verdaderos seres en su propio hambienten. No entienden de tráfico ni de sirenas son más felises que "El Pupas".... Gracias compañeros José Luis y José María. Los dos muy amable al interesarse por nuesto estado.

    27-02-2011 11:24:02 Totero dice:
    Los pájaros de ciudad están - como todo en ella - desorientados y fuera de su medio, por eso se comportan de esa forma tan rara. Los mirlos de campo son otra cosa. El pobre Andrés, ha perdido su dignidad de pájaro y se ha convertido en un indigente urbano más. Eso o morir... Un abrazo

    26-02-2011 23:23:36 Jose Luis Delgado Rosa dice:
    Amiga Angeles. Anda preparando lombrices, es el manjar preferido del mirlo, aunque tambien dicen que "madura apenas la mora, el mirlo se la devora". Respecto a tu amistad con estos pájaros no me extraña, pues "amigo leal y franco, el mirlo blanco", aunque, a no ser racista, te diré que tambien puedes confiar en los de plumaje negro. Algo similar a tí me ocurre cuando con el crepusculo de la tarde aprovecho para regar las flores del jardín, en esa ocasión, diariamente me acompañan una pareja de colibríes. Hermoso artículo, desde Argentina, un abrazo y enhorabuena.

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