Temen por la pérdida del rinconcito al que llaman en su forma de hablar el 'buquete', un pequeño hoyo formado por la desaparición de una reja cerca del paso a nivel de la estación de Álora.
Son estos pequeños lugares donde ellas tienen sus grandes recuerdos y sus vivencias desde niñas; no calles londinenses ni las ramblas barcelonesas. No un museo del arte ni esos lugares que nos describen los poetas. Tampoco los paradisíacos paisajes que todos vemos en la televisión y los más afortunados en algún viaje.
Pero las chicas del lugar entran en un bloc con el solo deseo de reunirse antes que esta pequeñita 'isla de sus sueño' quede convertida en una calle asfaltada para remodelar el paso a nivel de la estación donde piensan que van a enterrar una parte de sus vidas. Son estos lugares los que dejan una huella en nosotros difíciles de borrar.
A los que como yo nos encontramos fuera nos queda esa gran nostalgia. Volvemos al pueblo queriendo encontrar lo que dejamos. Les cuento: No saben lo que me alegra ver el almendro donde dejé escondido mi último muñeco de China en 1960. Yo lo guardé como señal por si un día regresaba. El muñeco no estaba pero el almendro sí. Y disfruto cada vez que lo veo y los recuerdos vuelven.
Ahí se encuentran después de largos años comunicándose e intentando hacer una 'quedada' antes de que ese lugar desaparezca para siempre.
Dicen: "¡Chicas!, quedamos a las ocho de la tarde, lleven paquetes de pipas y cámaras de fotos para inmortalizar el momento".
A mí, que conozco mucho la estación, me asalta la curiosidad de saber algo de ese lugar. Y me dicen: "Esto no es para contarlo; si quieren saber tienen que venir y comprobarlo en el sitio". ¡Uf!, me dije.
Mi amiga Marisa acudió al quite explicando que yo vivía fuera, en Tenerife, y como yo otros perotes no sabían de qué hablaban y les gustaría saber. La cosa se arregló y, a partir de ese momento, todo ha ido sobre ruedas.
Se recopilan fotos de muchos años atrás. Me quedo con ellas y la explicación que me dieron. En ese rinconcito se reunían todas en su infancia y juventud por las tardes. Ahí pasaron lo mejor de sus años. No había discotecas ni muchas cosas de ahora, me imagino qué vida tan sana y qué amistades se fraguaron en aquel 'boquete' que ya debe quedar bautizado con nombre propio.
Por eso pienso que ellas quieren plasmar en el recuerdo este momento para la posteridad. Les animo porque es parte de la historia de Álora, mi pueblo, el vuestro, y el más entrañable del Valle del Guadalhorce.
19-08-2011 20:58:45 Manuel Requena dice:
ResponderEliminarNo conozco ese "boquete", Mª Angeles, pero me entristece, como a cualquier nostálgico, que a los puntos de referencia de nuestros recuerdos, que vienen a ser como bastones de nuestra memoria, los abata el paso del tiempo sin ninguna piedad. Un Abrazo, amiga.
16-08-2011 16:58:32 Maria angeles Lopez dice:
Ya me han dicho. Asi es. Por eso he decidido hacer público lo que siento. Cada vez que se corta una rama el árbol se resiente aún sabiendo que es por su bien. Así espero que lo vean estas personas que son las mas "perjudicadas". Un afectuoso saludo. José.
16-08-2011 16:52:34 M. Angeles.lopez dice:
Totero, si regresas a mis primeros artículos podrás recodar al niño que me dijo un día que no sentía estar castigado en su habitación, pues allí su mente volaba. ¿Lo recuerdas?. Por algún motivo a mi me mandó la vida a este lugar( que no dejo de reconocer que es un paraiso) Pero ¿por que no cortó mis raices? Ese es el dilema. Así que lo que me queda es soltar la imaginación y contactar por internet con él. Un afectuoso saludo.
16-08-2011 15:11:06 Jose dice:
Lamento comunicarte que al paso a nivel (de Los Callejones de la Barca) le quedan horas: se cierra el próximo viernes 19 de agosto, y se abre la carretera desde el puente de hierro... Enterramos recuerdos o, lo que es lo mismo, parte de nosotors mismos.
16-08-2011 14:30:16 Totero dice:
Amiga mia... y pensando como piensas de Álora y sus cosas...¿que haces en Tenerife...?. Aunque lo sé... Era una pregunta retórica. Un abrazo